Muestra del arquitecto Aurelio del Pozo.
En ese estudio / almacén he oído hablar de arquitectura, de ópera, de pintura, de mitos…
Desde que ARQUEMÍ se quitó el disfraz de casa de Aurelio del Pozo en el caluroso julio de 2016, y sus cuadros, esculturas y alfombras volvieron a su posición –más o menos- original, la Domus Aurelia ha cambiado poco. Quizá el único cambio reseñable es que en aquel habitáculo bajo la escalera donde él pinta hay nuevos dibujos y cuadros.
“Guille, ¿sabes quién era Susana? ¡No sabes nada! Susana y los Viejos es un mito…”. Probablemente este dibujo fue uno de los primeros que vi ese día, hecho con tinta negra en un comandero que cerca de una de las esquinas de cada página tiene un pequeño racimo de uvas negro.
Aquella libreta reutilizada, de papel amarillento con racimos y algunas palabras, se iba llenando de dibujos sin pretensiones cada día. Dibujos que abundaban en nuevos temas gráficos en los que sumergirse, nuevos retos para un arquitecto y pintor en continuo reciclaje, perseverante y siempre ávido de otros horizontes.
Los nuevos temas tienen que ver fundamentalmente con la figura humana en su relación con otras figuras humanas, animales, o mitológicas. Para ello también se trabaja la sola figura humana, incluso sus fragmentos.
Pronto el comandero se terminó, y hubo que recurrir a otros cuadernos parecidos, a días sueltos de viejos calendarios, tiras de papel, cartas de la Agencia Tributaria, etc. En esas hojillas: escenas mitológicas, guerras de la antigüedad, metopas, bestias, erotismo salvaje, erotismo refinado, desnudos, vestidos, travestidos, cabezas y manos.
Todo dispuesto a permanecer para siempre en ese habitáculo entre sonidos de óperas y de descargas por los bajantes.
Alguna escena dio el salto al lienzo. Entre las nuevas escenas pintadas siempre los abstractos: a veces como fin, a veces como ejercicio de texturas y de sensaciones que aparecerán también en estos nuevos cuadros.
Por medio algún día al autor le llegó esta propuesta de exposición. Entonces vino la necesidad de orden. Para ordenar, preguntar.
¿Perturbo?
Aurelio lanza esa pregunta al observador de estas diez escenas gráficas. Para él, no. Para mí, tampoco.
Para mí estos dibujos son elegantes maneras de contar escenas que de otras formas gráficas o verbales podrían resultar obscenas.'
-Guillermo Carrillo Ayala, arquitecto.