Teresa Moro (Madrid, 1970) presenta su primera exposición individual, un proyecto que aúna en una delicada familia algunas de sus series más conocidas y otras de su producción más reciente.
Su trabajo, con fondos aparentemente neutros y con un modo de pintar íntimo, delicioso, presenta como protagonistas objetos y espacios de uso común que ha recolectado y reunido en un archivo documental y que tienen una peculiaridad: todos ellos han pertenecido o pertenecen a sus ídolos, a los artistas que ella más admira.
Visitar espacios íntimos (o aparentemente íntimos) de artistas y diseñadores admirados supone un ejercicio de algo más que pintar; de apropiación, de indagación más o menos formal. La presencia de estos autores-actores conforma un universo que Teresa crea, y en el cual cree.
La artista, a través de sus pinturas y gouaches, comparte su colección de hallazgos o descubrimientos que, una vez reunidos, consiguen que la huella de sus propietarios originales reviva. “La feliz tarea de nombrar y reunir” es una exposición de pintura, pero, sobre todo, de culto a la pintura.
En la muestra se encuentran obras de distintas series, que representan desde los estudios de los artistas y sus zonas de descanso o sus camas, hasta objetos personales que adquieren el estatus de reliquias. Así, la intimidad del proceso creativo se hace pública, en una suerte de acto de resistencia frente a los que condenan a muerte a la pintura.
Una exposición para disfrutar, para escoger, para reconocer y/o descubrir.