The Villagers no es una película lineal clásica, ya que al trabajar sin un guión fijo, da como resultado una sucesión de fragmentos individuales que solo están conectados entre sí a través de la secuencia y la edición de las escenas.
La película muestra la vida de una serie de personajes que viven en un paisaje indefinido, aparentemente un pequeño pueblo de montaña, donde todo se siente muy familiar, pero al mismo tiempo, arraigado en la falsificación, la copia y la imitación que presentan narrativas fragmentadas que se entrelazan entre sí sin un cierto punto argumental.
La historia se desarrolla a partir de diecisiete decorados que sirven de escenario de esta película que se construyeron con cartón en el estudio del artista y que le ofrecen numerosas posibilidades para nuevas historias e imágenes, como un teléfono, un tocadiscos, un ascensor y otros elementos. Estos escenarios acogen la vida de varios personajes de ficción interpretados por el propio artista, sus asistentes, sus amigos y su galerista, ninguno de ellos, con formación profesional en el mundo del cine.