Obras de SALVADOR JIMÉNEZ-DONAIRE
Jiménez-Donaire en su proceso creativo incide en el ritual. Examina la lentitud y la repetición como estrategias plásticas para prolongar la experiencia perceptiva dentro de un contexto sociocultural que comprime el tiempo (por aceleración) y automatiza la mirada (por saturación).
A través de un proceso reductivo de mark-making, en su práctica explora las nociones de paciencia, continuidad y duración. Le interesa la potencialidad de la pausa y la espera contemplativa; una forma de resistencia frente a las políticas de rendimiento actuales (más velocidad, más producción) a favor de un modo de hacer que exige detenimiento y atención.
Recrearse en las transiciones, en los intervalos, en esos espacios donde las cosas son aún inciertas podría suponer hacer las paces con nuestro tiempo atomizado.
A nivel formal, su trabajo cristaliza por tensión entre iteración y mutabilidad; lo sistemático y lo manual; perseverancia y agotamiento; lo monótono y lo hipnótico; aburrimiento y estímulo; una manera de operar tanto física como mentalmente extenuante, pero quizá también reparadora.
Jiménez-Donaire nos habla de un proceso y una obra alienante, que incide en la pausa, la lentitud y la monotonía como antídoto frente a esa idea contemporánea de la obsolescencia, el cambio por el cambio, la “novedad” como algo estrictamente positivo, como un falso avance o progreso. De algún modo Donaire trata de detener el tiempo, de ganar tiempo, de otorgarle a la imagen un espacio y un tiempo propios, frente al ritmo vertiginoso de la sociedad actual y la saturación de la mirada.