Tras la muerte de su segundo esposo, Bernarda Alba se recluye e impone un luto riguroso y asfixiante por ocho años, prohibiendo a sus cinco hijas que vayan a fiestas. Cuando Angus-as, la primogénita y la única hija del primer marido, hereda una fortuna, atrae a un pretendiente, Pepe el Romano. El joven se compromete con Angustias, pero simultáneamente enamora a Adela, la hermana menor, quien está dispuesta a ser su amante.
Durante un encuentro clandes-no de los amantes, María Josefa, la madre de Bernarda que man-enen encerrada por su locura, sale con una ovejita en los brazos y canta una canción absurda pero llena de verdades. Cuando Bernarda se entera de la relación entre Adela y Pepe, estalla una fuerte discusión y Bernarda dispara a Pepe, pero éste se escapa. Tras escuchar el disparo, Adela cree que su amante ha muerto y se ahorca. Al final de la obra, Bernarda dice que Adela murió virgen para guardar apariencias, y exige silencio, como en el comienzo de la obra.