ALESSANDRA GARCÍA (TRIBUTO A SU TRAYECTORIA).
Su creación es a la vez superficial y profunda, chispeante y compleja, libre y exigente. Muy divertida.
Mujer en cinta de correr sobre fondo negro es una radiografía escénica del ciudadano de barrio humilde. La pieza reflexiona sobre la superproducción textil, el capitalismo, el entretenimiento, la cultura, los idiomas, los motes y el sector servicios, combinando humor y pensamiento.
La boca realiza coreografías que se repiten una y otra vez: plá-ta-no. La lengua se pega a los dientes y sale disparada, piensa en tu boca diciendo “no”. Pero no solo la boca baila: el cuerpo entero lleva a cabo un ejercicio de resistencia durante 57 minutos. Una cinta de correr, un diafragma y un recorrido transforman nuestro deambular cotidiano en un acontecimiento.
La actriz interactúa con los distintos elementos que el espacio le ofrece: una cuerda de nueve metros, una pelota gigante, la cinta de correr, un dance-air con el que enfrenta una batalla intensa. La descripción textual acompaña el detalle corporal: una intérprete que se mueve como un toro en su redil, como un niño en un parque de bolas, como guerrilleros peleando en la selva tropical. En definitiva, es un diálogo constante entre palabra y movimiento, lleno de humor y reflexión.
En apenas diez años, Alessandra García ha creado y desmontado una compañía, se ha adentrado en el mundo de la performance y se ha convertido en docente. Su trabajo se inscribe en el teatro postdramático y participativo, acercándose más al arte contemporáneo que al teatro convencional.