Nutrición
Aplicaciones y videojuegos de nutrición
Por
Griselda Herrero Martín
Post #37

La edad a la que los niños tienen dispositivos móviles es cada vez más temprana. Los aparatos móviles llevan relativamente poco tiempo entre nosotros y no sabemos a ciencia cierta las consecuencias negativas que puede traer a largo plazo para la población infantil. Tampoco se sabe (los modelos de móviles aparecen más rápido que los avances científicos), cómo afectará la velocidad a la que nuestro cerebro o la de nuestros hijos procesan todo el contenido ultra rápido que aparece a través de la pantalla. Una de las estrategias que utilizan estos juegos para aumentar la participación de los niños es la incitación a la diversión y la interacción, y para ello se utiliza la comida como recurso.

El pasado año, un grupo de investigadores se propuso identificar el contenido de alimentos y bebidas que se incluyen en las aplicaciones con temas de nutrición destinados a niños, y examinar las características de la aplicación como la calidad, así como los cambios de comportamiento. Las aplicaciones se clasificaron en 4 tipos: juegos de comida, apps que incluían guías didácticas en nutrición, rastreadores de hábitos y otros juegos. Y los contenidos se clasificaron en categorías de alimentos, como recomendados o no recomendados, según las pautas dietéticas. Te sorprenderán los resultados obtenidos.

Los hallazgos sugieren que las aplicaciones con temas de nutrición destinadas a niños muestran contenido de alimentos y bebidas no recomendados en mayor medida que los alimentos más recomendados. Además, muchos de estos juegos tienen como elemento motivador el uso de consecuencias y un sistema de recompensas, que en este caso en el que estamos “categorizando” a los alimentos, puede fomentar una relación insana con la comida.

¿Podemos afirmar que estos juegos son inofensivos y no van a influir en sus hábitos y en sus elecciones alimentarias? A veces, ofrecemos juegos y apps, en principio inofensivas, pero que tienen unos contenidos que no van a fomentar unos hábitos de salud adecuados, y en muchas ocasiones es tan sutil que no somos conscientes.

¿Qué podemos hacer? No se trata de prohibir, pero sí de establecer límites y de analizar muy bien el contenido de aquello a lo que nuestros hijos tienen acceso. Los móviles no deben ser un recurso para educar, y es importante saber seleccionar los juegos; igual que no les dejamos acceder a juegos violentos, no debemos hacerlo con otros que inculquen conceptos equivocados (ya sea de alimentación o de cualquier otro tema).

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