En el Día Mundial de la Filosofía, Marian Pérez Bernal, profesora en la Universidad Pablo de Olavide desde el año 2002 y especialista en Filosofía del lenguaje e Historia del pensamiento feminista, ha sacado tiempo para visibilizar una materia que, para ella, tiene mucho que decir en la sociedad. Esta doctora por la Universidad de Sevilla y defensora de la educación pública, concibe la Filosofía como un camino para entender el mundo y para enfrentarse a las grandes preguntas sobre la justicia, la verdad o la libertad, un camino para tratar de interpretar la realidad y, al mismo tiempo, transformarla.
¿Qué opinión le merece la aprobación por unanimidad en el Congreso de la proposición no de ley en la que se pide un ciclo formativo de Filosofía distribuido en los cursos de 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato?
Me alegró por los estudiantes que podrían volver a tener un acercamiento a esta materia y también por el profesorado de Filosofía que ha realizado una campaña continua de reivindicación de la vuelta de esta materia. Me gustaría hacer mención de la labor realizada desde la REF (Red Española de Filosofía) desde 2013 cuando con la Ley Wert se suprimió la Historia de la Filosofía como asignatura obligatoria en segundo de Bachillerato.
¿Cuál sería el papel que usted le concedería a esta materia en la educación?
Educar es formar a seres libres y responsables. Educar es hacer pensar. En eso creo que la Filosofía tiene algo que decir. Es importante que los estudiantes conozcan a los grandes filósofos de la historia pero es aún más necesario que seamos capaces de despertar en ellos una actitud crítica con los discursos que nos rodean. Cada día nos encontramos con dilemas morales nuevos y tener una formación filosófica permitirá que los estudiantes estén mejor capacitados para enfrentarse a estas cuestiones. En el tiempo de las fake news, ¿no es básico que los estudiantes reflexionen acerca de la verdad? Frente al autoritarismo y la lógica del mercado, ¿no es preciso defender la democracia y luchar por la igualdad? ¿No tiene nada que decir la Filosofía acerca de las muertes en el Estrecho y de la tragedia constante de los refugiados?
¿Cómo se puede defender esta importancia y transversalidad?
Hay que diseñar las materias de modo que los estudiantes se enfrenten con preguntas, con problemas y no con respuestas ya construidas. Y cuando estén perdidos les podemos recordar que para ayudarles a buscar esas respuestas tienen a su disposición toda la historia de la filosofía, pueden dialogar con las grandes figuras del presente y del pasado a través de sus libros. Una vez que hayan descubierto el problema, la pregunta sin respuesta, será más fácil que les interese encontrar una solución. En la filosofía encontrarán herramientas y argumentos para interpretar el presente y para poner en cuestión los prejuicios que condicionan nuestra forma de pensar. Deben, además, descubrir que la Filosofía les ayuda a entender el mundo que les rodea y que si seguimos leyendo a los clásicos no es por afán de erudición, sino porque nos ayudan a entender nuestro presente.
Se ha discutido si la asignatura de 4º de ESO debe o no ser una asignatura de Ética, ¿qué opina al respecto?
Una Ética en 4º de ESO es especialmente importante ya que esa es la única forma de garantizar que tengan un acercamiento a la Filosofía los estudiantes que no cursan el Bachillerato y abandonan los
estudios tras la ESO. ¿Por qué una ética? Porque la reflexión crítica sobre principios, derechos y deberes es imprescindible para el ejercicio del pensamiento autónomo
¿Por qué ha sido la Filosofía relegada en los últimos tiempos?
Si miramos un poco hacia atrás es fácil ver que al poder nunca le ha gustado la Filosofía. Si es verdadera filosofía es crítica y, por ello mismo, es peligrosa. Mentes bien amuebladas capaces de pensar, capaces de mirar y de interpretar de forma crítica son mentes libres y esa libertad de pensamiento es básica para un pensamiento crítico. La libertad de expresión es muy importante pero si esa libertad de expresión no se fundamenta en un pensamiento libre de muy poco nos serviría. Y quizás algunos gobernantes han pensado que si se acababa con la libertad de pensamiento, la libertad de expresión dejaría de ser un peligro.
¿En qué situación se halla la Filosofía en las pruebas de acceso a la universidad?
En Andalucía, la asignatura de Historia de la Filosofía se trata de una materia a la que los estudiantes se presentan de forma voluntaria para subir nota. A la hora de calcular la nota final en la prueba, Historia de la Filosofía se pondera con 0,2 para los grados de Humanidades y con 0,1 en los grados de Ciencias Sociales y Jurídicas. Desde la Ponencia de Historia de Filosofía se solicitó ya el curso pasado a la Comisión Coordinadora Interuniversitaria que se modificasen los parámetros de ponderación de la asignatura. No entendemos que para un estudiante de Sociología o de Ciencias Políticas no sean fundamentales los conocimientos de Filosofía.
¿Qué significa para usted la Filosofía? ¿Por qué decidió dedicarse a ella?
¿Por qué me dediqué a la Filosofía? Esa es una pregunta muy fácil. Por Javier Fernández de Liencres, mi profesor de Filosofía en 3º de BUP y COU. Para mí fue un profesor excepcional con una personalidad única y capaz de descubrir a estudiantes de apenas dieciséis años un mundo nuevo lleno de preguntas y de problemas. Ese mundo estaba ahí y él me supo enseñar la puerta para entrar. Javier murió en marzo. Tengo ahora en casa muchos libros de su biblioteca y pienso en por qué subrayó tal pasaje o por qué compró tal libro. Como se ve, sigo pensando con él, aunque ya no esté.
¿Quiénes fueron sus referentes en el campo de la Filosofía? ¿Encontraba muchos modelos femeninos?
En la actualidad doy en Humanidades una asignatura titulada Género y crítica de las ideologías y les digo a mis estudiantes que de la mayoría de las autoras de las que hablamos y discutimos en el aula nadie me habló cuando estudié la licenciatura de Filosofía. Sin embargo, a la vez, quiero destacar a dos profesoras de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla que para mí han sido y son fundamentales: Teresa Bejarano, mi profesora de Filosofía del Lenguaje y directora de mi tesis doctoral; y María Luisa Santos, mi profesora de Teoría del conocimiento y mi amiga. El entusiasmo intelectual de ambas es algo que siempre envidiaré. Cuando pienso en cómo deber ser un profesor pienso en ellas, en su inteligente forma de abrirte nuevos caminos, de saber acompañar dejando a la vez que camines sola, de animar cuando llegan los malos momentos y de leer tus textos de una forma mágica. No sé cómo lo consiguen pero vistos por sus ojos los textos siempre se volvían mucho más interesantes. Tuve una inmensa suerte pudiendo ser su alumna.
Actualmente, ¿cree que es un campo con suficientes referentes femeninos?
Por suerte hoy el campo ha mejorado y hay una mayor presencia femenina en las áreas de Filosofía aunque sigue existiendo una brecha de género importante. Bueno, por suerte no, más bien por la lucha constante de tantas mujeres que vinieron antes que nosotras y trabajaron muy duro para dejarnos un mundo un poquito mejor a las que veníamos después. Me gustaría destacar en el ámbito español a Amelia Valcárcel y Celia Amorós, sin duda dos grandes maestras de las que todas hemos aprendido y aprendemos muchísimo
Emilio Lledó afirma que la Filosofía sirve para organizar la esperanza. ¿Comparte esta opinión?
Emilio Lledó me encanta. Esa afirmación no la conocía y es muy hermosa. Significa que confiamos en la posibilidad de progresar, que no tiramos a toalla y que la Filosofía está ahí para ayudarnos en ese camino hacia de emancipación. Si escuchamos a Lledó somos memoria y somos esperanza. Es hermoso.
¿Cuáles son los principales problemas que tiene, para usted, la sociedad actual?
La creciente desigualdad, el cambio climático, la violencia de género, los conflictos bélicos, la situación de los refugiados (políticos, climáticos, económicos…), el repunte de la ultraderecha, los problemas derivados de la globalización y la situación de las mujeres en el mundo. Por desgracia el feminismo sigue teniendo mucha tarea en el siglo XXI.
¿Cómo podríamos/deberíamos encararlos?
Luchando, luchando y no perdiendo la esperanza. Y defendiendo en todo momento lo público. En una democracia el dinero no debe discriminar la forma de la enseñanza. La educación debe ser igualitaria y pública.