Lo llaman libro antiguo porque ya ha vivido otras muchas vidas, porque contiene la sapiencia que un libro nuevo y aunque no huela a imprenta su perfume es compartido. 24 casas de libros de Málaga, León, Valencia, Granada, Cádiz, Barcelona, Cantabria y por supuesto, Sevilla. Casetas con portadas dispares entre sí -algunas con aspecto decimonónico, otras con aparencia millenial-, que comparten habitáculos y llevan carteles en el pecho que dictan dos, tres, cuatro, cinco euros.
Dentro del recinto se puede encontrar desde el cómic hasta el ensayo, pasando por la historia, la literatura, las estampas. El espacio es un conglomerado cultural que además contará con un programa de conferencias que tendrán lugar en el Círculo Mercantil e Industria de Sevilla, un minipregón en el Monasterio de San Jerónimo, en plaza nueva cuentacuentos, animaciones teatrales y rutas guiadas. La feria del libro ha ampliando el marco de su ubicación, gracias entre otras cosas al éxito en las ventas.
Milagrosa Díaz, presidenta de la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla defiende que las perspectivas se enfocan en atraer al público joven, que el libro antiguo tome las calles y haga competencia a Internet. Para ella es significativo el hecho de asearse, salir y tener el libro entre las manos. Esta asociación, junto a la editorial de la Universidad de Sevilla publica Artículos, un ejemplar que recoge la visión de Sevilla en el siglo XIX. A través de sus hojas y con un Prólogo de Manuel Moreno Alonso (Catedrático de la Universidad de Sevilla), reúne dos series de artículos publicadas en 1912 y 1918.
La Feria del Libro Antiguo de Sevilla cumple cuarenta y ocho años y lo celebra también con una imagen más renovada: dibujos de Like a Wave que mezclan colores pastel con fotografías en blanco y negro, como llamando desde la web a los menos expertos para que realmente apaguen las pantallas y vivan el libro antiguo de Sevilla.