Hola. Os dejo mi opinión sobre la tercera novela de la profesora y escritora Mercedes Marín. A leer...
MERCEDES MARÍN, ESTACIONES SIN PARADA, EDICIONES EDITAMÁS/CRÉATE, BADAJOZ, 2023
TERCERA NOVELA DE MERCEDES MARÍN, IMPARABLE
José Cenizo Jiménez
Mercedes Marín, profesora emeritense, publica su tercera novela, Estaciones sin parada, en Ediciones Editamás, poco después de la segunda, La resurrección de Jandra Sweet, de la que hicimos el prólogo, y de la primera, El año de las decepciones (2020). Fue muy grato cumplir esta petición por cuanto fuimos profesores compañeros en el instituto de Burguillos (Sevilla) varios años en plena juventud. Ahora la literatura nos vuelve a poner en contacto, y nos congratulamos por ello, pues ha sido toda una sorpresa, amén de su gran labor como presentadora y guionista de un programa de entrevistas radiofónicas a escritores, El sonido de tus palabras, en el magazine EG Radio, donde hemos tenido el honor de participar y por donde han pasado escritores como Eloy Sánchez Rosillo, Juan Peña, Ben Clark, Celso Castro y un largo etcétera.
Antes de entregarse de lleno a la novela, ha creado cuentos y microrrelatos. Haciendo un poco de recuento de lo que hemos escrito sobre ella, en la reseña de El año de las decepciones, en la revista digital Luz Cultural, comentábamos que “con estilo sencillo, descripciones apropiadas o diálogos frescos, nos asoma la autora a esos temas universales del amor y el desamor, la ambición, la pobreza, el abandono, la inseguridad psicológica, el victimismo, la dificultad de las relaciones familiares, la soledad, la naturaleza incluso…”. Además, era patente un cúmulo de “referencias a otros libros o a otras artes, el libro está lleno de alusiones a canciones, obras o autores de literatura y películas”.
Y en la segunda novela, La resurrección de Jandra Sweet, que prologamos, se reafirmaba -como si de un sello personal se tratara- en estas características, aunque adaptadas, claro está, a un nuevo argumento y a un abanico diferente de personajes y ambientes. Es evidente que Mercedes Marín siente atracción por el juego de voces narrativas, por los diferentes puntos de vista y también destacábamos la abundancia de diálogos, con los que la autora quiere imprimir a su narración mayor frescura y amenidad. Y, en fin, como en la primera obra, también en La resurrección de Jandra Sweet la presencia del cine, de la literatura y de la música es constante. Ya los capítulos así lo indican, pues sus títulos responden a los de películas de diferentes épocas y enfoques: El paciente inglés, Cinema Paradiso, Recuerda, El hombre tranquilo, Mejor imposible, Senderos de gloria… Y la música, un vibrante repertorio, nos haría oír las voces de también variados artistas desde Chet Baker o Keiko Lee, desde Peppino Gagliardi a Lucio Dalla. Muestra de la sensibilidad hacia el arte que tiene la autora y, desde luego, de su conocimiento de diferentes posibilidades. El arte y la música envolviendo las situaciones, sobre todo las de amor, qué buen camino.
En esta de 2023, Estaciones sin parada, su tercera novela, con la música siempre presente, como en la anteriores, muestra un caudal de emociones y su misterio particular. Un lenguaje sencillo y fresco, con diálogos abundantes y precisos, hace la lectura aún más cercana y apetecible.
Retoma personajes anteriores, con una nueva historia que se relaciona, de alguna manera, con las estaciones y los trenes, verdadero símbolo de la vida y sus avatares. Personajes que van tomando uno u otro tren y, por ello, les llegan circunstancias distintas en su vivir. Ángel Sáiz Mora escribe el prólogo, recordando a otros autores que han usado el tren como algo clave en sus obras (Agatha Christie, Patricia Higsmith, Antonio Orejudo…), inscritas en ese subgénero de literatura de viajes en definitiva, así como calificando su estilo como “prosa accesible, correcta, de pinceladas cortas y encuadradas en lo cotidiano”.
Así lo vemos también en esta historia coral, de tres hermanos -Gabriela, Ernesto y Julián-, sus padres -Andrés y Elvira-, la abuela Ángela, entre otros, con un viaje podríamos decir iniciático, complejo, lleno de vicisitudes varias (sectas, muertes, desamor…) desde un pueblo pequeño a diversos enclaves, hitos que la vida va poniendo en el camino de la vida, con alivios, aquí presentes, como la música y la propia literatura.