Son muchos los autores tanto desde el campo de la nutrición como desde la psicología que se han posicionado en este debate. Actualmente se sabe que podemos hablar tanto de una adicción física como de una adicción comportamental o psicológica a determinados productos.  Sin embargo, desde el punto de vista psicológico no podemos considerar que el tratamiento para la “adicción a la comida” sea similar al tratamiento usado para otras adicciones debido a la diferencia en la respuesta social al elemento adictivo. 

Fairburn es uno de los autores que comenzó a plantear las similitudes entre esta adicción y otras adicciones psicológicas/físicas señalando como similitudes: El impulso o ansia por la sustancia, la necesidad de ingerirla de forma urgente, el mantenimiento del consumo a pesar de los efectos adversos; entre otras muchas características. 

Sin embargo, ¿podemos aislarnos de la comida?, ¿Podemos prescindir de exponernos a determinados productos? La respuesta es claramente negativa ocasionando esto uno de los principales objetivos de los tratamientos psicológicos para la obesidad o el trastorno de atracones. Principalmente, las variables diferenciadoras a trabajar y solventar serian: No podemos prescindir de la comida, no es posible la abstinencia, la abstinencia y prohibiciones especificas pueden aumentar la ansiedad,gran facilidad de comprar todo tipo de comida, la sociedad juzga de manera diferente a otras adicciones. Por otro lado, esta “bien visto” en muchos aspectos y por último, vivimos rodeado de publicidad y mensajes emocionales que fomentan tomar estos productos… Todos estos factores hacen necesario el trabajo de forma ínter/multidisciplinar para el tratamiento de esta conducta y un enfoque alejado de las tratamientos principalmente centrados en el control externo que hasta ahora nos habíamos encontrados. Nuevos tratamientos para nuevos problemas conductuales y comportamentales.

Cristina Andrades

Psicóloga clínica