Hola. se cumplen dos años ya del fallecimiento del escritor malagueño José García Pérez. Recupero este recuerdo de ese momento, con mi homenaje, publicado en este blog (se ha perdido por problemas informáticos y así lo tenemos presente de nuevo). Siempre le estuve agradecido por ofrecerme las páginas de Papel Literario de Diario Málaga-Costa del Sol, en papel y luego en web, para publicar mis críticas de libros. Abrazos. Foto: web Poetas siglo XXI
El 19 de junio de 2022 recibíamos la noticia del fallecimiento del poeta José García Pérez, profesor, político y escritor malagueño, a los 86 años. En Wikipedia tenemos un resumen de sus muchas actividades (https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Garc%C3%ADa_P%C3%A9rez_(escritor)
Las reproducimos: “José García Pérez (Melilla, 26 de enero de 1936 - Málaga, 19 de junio de 2022)1 fue un escritor, político y poeta español. Diputado en el Congreso de los Diputados (1979-1986).
Nació el 26 de enero de 1936 en Melilla, ciudad en la que realizó la carrera de Magisterio en el colegio La Salle. Su padre era el propietario de la imprenta La Hispania.
Tras licenciarse en Magisterio fue enviado a una cabila en el Rif en aquel momento del Protectorado español de Marruecos. Posteriormente fue destinado a: Dos Hermanas (1958); Melilla, Cártama (1966), y Málaga. Durante sus años de docencia en la provincia de Málaga puso en marcha, con el obispo de Málaga, Ramón Buxarrais Ventura los Cursillos de Cristiandad, siendo nombrado su presidente.
En 1977, obtuvo por oposición la plaza de director del Colegio Público Bergamín de Málaga. Francisco de la Torre Prados le ofreció formar parte de UCD, y fue elegido diputado por Málaga, por este partido en el Congreso de los Diputados en la primera legislatura. Fue testigo privilegiado del intento de Golpe de Estado, del teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981. Diversas discrepancias con la UCD relacionadas con el proceso autonómico andaluz que finalizarían con el Estatuto de Autonomía de Andalucía, hicieron que abandonara el partido centrista (2 de mayo de 1979-10 de junio de 1980) y se incorporara al Grupo mixto, donde permaneció desde el 10 de junio de 1980 hasta el 1 de septiembre de 1981.
Años después, se integró en el Partido Andalucista, siendo su secretario provincial y candidato a la alcaldía de Málaga en las elecciones municipales de 1983.
Tiempo después, abandonó la política, y regresó a su labor docente en el C.P. Bergamín donde dio clase al actor Pablo Pineda, que tiene síndrome de Down. El centro académico fue pionero en Andalucía en la integración de alumnos con discapacidad.
En esos años, se lanzó a escribir, llegando a publicar una docena de títulos, entre los que se encuentra una antología de su poesía. Fue nombrado vicepresidente del Ateneo de Málaga. También colaboró con el mundo de la prensa, primero a través de una columna diaria en el desaparecido Diario Málaga-Costa del Sol, y después en el diario digital El Faro de Málaga, y en la Opinión de Málaga.
Falleció a los 86 años, en la capital malagueña, como consecuencia de un cáncer que padecía desde hacía varios meses”.
Personalmente, siempre le estaremos agradecidos por dejarnos la puerta abierta para publicar reseñas de libros en Papel literario, que dirigía, de Diario Málaga, primero en papel y después, en enlace virtual (http://www.papel-literario.com). Muy activo en Facebook, por este medio podíamos seguir sus poemas, reflexiones, etc.
Como reconocimiento, recuerdo y homenaje ofrezco la reseña de una de sus obras de poesía, Ausencias, de 2016, publicada en Papel literario. DEP José García Pérez.
Foto: Diario Málaga Hoy.
José García Pérez, Ausencias, Málaga, Fundación Unicaja, 2016
DEL AMOR Y OTRAS AUSENCIAS
José Cenizo Jiménez
José García Pérez (Melilla, 1936) es columnista y coordinador de la web de literatura www.papel-literario.com, autor de varios libros de poesía, ensayo, antologías, y de más de nueve mil columnas de opinión, según datos de la solapa de este libro que comentaremos, Ausencias. Ahí mismo observamos un notable ejemplo de ecuanimidad, al reflejar, sin tapujos, opiniones contrarias hacia su obra y significación, desde la laudatoria de Antonio Hernández (“Tiene el don de la embriaguez, del asombro, de la intuición y la originalidad”) hasta la despectiva “desde Renacimiento (“Es un provecto babeante de mentalidad infantil”). Ahí queda eso.
Varias cosas llaman la atención, además, en este libro, antes de entrar en lo importante, los poemas. Una, un prólogo batallador contra amigos escritores y críticos que lo han traicionado, según García Pérez (se sigue con interés el cotilleo, pero creemos que esto no es pertinente como prólogo a una obra de poesía). Dos, la abundancia de citas de un mismo autor, Pessoa, referente claro del poeta. Tres, un homenaje -explicitado además en la contraportada- al amigo y poeta común Francisco Basallote, fallecido en julio de 2015, autor de muchos de libros de poesía (buena parte reseñados por quien escribe) y muy querido a pesar de que él mismo se incluía en la “poesía secreta”.
En la parte esencial, la poética, se nos presenta el poder demiúrgico de la palabra (p. 84):
(…)
el poeta solicita,
y te regalas o vendes,
pero siempre tú vences a la puesta
del astrodiós que habita en el poeta.
Hay temas como el amor, el tiempo, la crítica social… En el amor, hallaremos poemas al amor pletórico, completo, exultante, lleno de sensualidad (p. 81):
Eres antorcha donde lento muero
y me consumo y nazco
siempre entre lenguas rojas
que mantienen ardiendo
mi deseo de ti.
Es heredero del erotismo andalusí, y podemos ver un amor que trasciende incluso lo divino (p. 89): “Somos juntos un alma, / útero siempre fértil, / inmanencia de Dios”.
El tiempo, cuyo paso estremece, no puede faltar a la cita de este poeta. En “Última sílaba” (p. 72) se despide de la vida que tanto ama, todo lo perderá (el beso lujurioso, la arena blanca, la luna, la lluvia…), y termina con estos nostálgicos versos: “Quedará nuestro aroma por las sienes / de la ribera”.
Y la crítica social llega con aire combativo pero con calidad en la expresión. Ataca la ostentación, la guerra y el poder, que conoce bien por su etapa en la política. Desde hace tiempo prefiere la vida sencilla, la amistad, el amor, la poesía. En cuatro versos planta su estaca de valentía (p. 140):
Enmascarad vuestra sed de revancha
en las rosas que besan cuerpos crucificados;
yo perfumo el campo de la guerra
con el corazón de lo sencillo.
Muchos poemas nos han llegado, como el de inicio, toda una “Autobiografía”, cuyo comienzo y final ofrecemos como despedida:
Soy anciano porque hace
ochenta años nací
al mundo de los muertos,
pero soy joven
porque nací hace poco
al amor.
(…)
Ahora hablo con álamos y sauces,
con abedules y pinsapos
y oscurezco la luz de la ciudad
a fin de que las blancas mariposas
duerman en las orillas de los ríos.
Así es este poeta, amante de la vida y de la poesía, del amor y de la naturaleza, de la amistad verdadera y del lenguaje que nos permite recuperar las ausencias.