Hola. Os dejo mi impresión del espectáculo "Solo a Sevilla", de la bailaora Eva Yerbabuena y su grupo. Un placer. Abrazos. Sed felices y sabed que, si estáis interesados, la Bienal de Flamenco de Sevilla continúa.
LA ELEGANCIA LLAMADA EVA YERBABUENA
José Cenizo Jiménez
En el marco de la XXIII Bienal de Flamenco, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla la bailaora Eva Yerbabuena presentó la noche del miércoles 25 de septiembre de 2024 el espectáculo titulado “Solo a Sevilla”. A su cargo ha estado la idea original, dirección artística, coreografía y baile, así como a la de su pareja en el arte y en la vida, Paco Jarana, la composición, dirección musical y guitarra. Al cante, un gran grupo de cantaores curtidos, de diferentes matices y generaciones, poderosos y soporte compenetrado con los artistas citados: Miguel Ortega, Jesús Corbacho, Segundo Falcón y Antonio El Turry. Daniel Suárez colaboró con percusión de cajón y batería. Y más calidad aún en el conjunto: José Manuel Ramos El Oruco y Cristian Lozano en el baile y como artistas invitadas las cantaoras La Faby, Marina Heredia y Esperanza Garrido. Y los que no se ven, de notable profesionalidad y resultado escénico: la dirección técnica de Ángel Olaya, el diseño de luces de Fernando Martín, el de vestuario de López de Santos y el diseño y maquetación de María Coronada. Un buen equipo, que solventó los problemas puntuales de sonido y que logró fluidez y ausencia de técnicos por el escenario, para dos figuras compenetradas que reúnen entre todos muchos premios, sobre todo en el caso de Eva, cuya trayectoria de reconocimientos y experiencias abruma al que intente leer hasta el final la lista que ofrece la Bienal o cualquier página de Internet. Por si se deciden a informarse y a asombrarse, vean el enlace:
https://www.labienal.com/programacion/teatro-de-la-maestranza/eva-yerbabuena#autotoc-item-autotoc-3
En las notas que ofrece la organización puede leerse lo siguiente: “(…) la artista comprueba la certeza que corrobora en lo que siempre ha creído. Y es que, como ella misma defiende, `la transformación continua es una morbosa provocación que no solo existe, sino que además le da sentido a todo´. Por eso en este, su décimo noveno espectáculo, se mueve entre la rigidez más absoluta y la rotunda flexibilidad, entre la quietud y el movimiento, la luz y la oscuridad, entre cante y baile, clasicismo y vanguardia, artesanía y tecnología... para replantearse lo que ya creía absoluto e inamovible. Por eso rechaza la modernidad para sumergirse en ella. Por eso pisotea estructuras para ponerlas en valor. Por eso la rigidez muta y se hace flexible”. No está mal este empeño en describir lo que el espectador se va a encontrar.
Y se encontró, en efecto, una Eva tal como es, es decir, vigorosa y ancestral, como en el arranque del espectáculo con un baile, bulería por soleá, frenético, intenso, con guiños a la volcánica Carmen Amaya, en el carril de la tradición, y, a la vez, como en los tientos y tarantos, una bailaora moderna, cercana al contemporáneo. Nos las prometíamos felices pues el primer baile citado nos dejó personalmente con el vello de punta, algo que, con esta cima, era difícil mantener, siempre bajo nuestro prisma.Os dejo en este enlace de YouTube otra actuación de Eva, en Pamplona, en 2017, por soleá, y os invito a que busquéis otros momentos: https://youtu.be/jJBXFCXCDfE?si=oioBV11zw9fLMhBz
Además de la bulería por soleá comentada, el programa incluía seguiriya, taranto, tangos y alegrías, pero, como ocurre a veces, y no debiera, había más palos que cortar y contar, es decir, está incompleta la información. Hubo una ronda de soleá a capella por parte de los cuatro cantaores. El Oruco aparece arrastrando lentamente el cuerpo de la bailaora por el suelo para asistir luego a unos espasmos en la silla, con el cuerpo deshecho, en dos acciones que no sabemos muy bien qué aportaron, quizá esa teatralización, esa quietud a la que aludían las notas citadas, pero que enfriaron el chute de fuerza y jondura del primer baile. La seguiriya surgió para un duelo entre los dos bailaores. Pepe Marchena en off nos trajo su milonga imperecedera, acompasada por la voz de Jesús Corbacho. Paco Jarana ofreció un solo de guitarra por granaína que continuó al cante con gran solvencia y delicada voz la joven Esperanza Garrido. Los tientos mostraron a Eva más mirando al contemporáneo que al propio flamenco, aunque con belleza y precisión. Los cuatro cantaores se desgañitan ante un micro cantando a la vez, de manera ininteligible por tanto, aunque con su simbolismo de homenaje, cantes de Pastora, Caracol, Mairena… El taranto nos reconcilia con la Eva rotunda que, en cada palo, sabe manejar cualquier técnica con maestría sin dejar de aportar personalidad. Te obliga a estar muy atento, pues a la serenidad puede suceder una velocidad de vértigo, se busca mu adentro, dibuja mil cierres y desplantes, las manos se le van por mil encuentros gozosos o dolorosos pero siempre llenos de plenitud… Los tangos la llevaron a su territorio mágico inicial, a su Granada, su Graná, y así, acompañada por las cantaoras Marina Heredia y La Fabi, estupendas, nos asomó de nuevo a la brillantez flamenca, al canon, a la chispa jocosa y picarona de los tangos de Graná. Una ronda de fandangos de Huelva por parte de los cantaores demostró de nuevo que estaban en una de sus noches grandes, especialmente Segundo Falcón, pletórico en todo, que ya en el inicio bordó su momento al baile de Eva con la letra que popularizó Antonio Mairena “Amparo, llamadme a Amparo…”, más que suficiente para hacerlo acreedor a ser candidato a un premio de momentos mágicos. Y las alegrías, con bata y mantón, preciosos los dos, con un revuelto de cantiñas que, con las de las Mirris, estuvieron muy presentes gracias al portentoso Segundo de esta noche. Bien está lo que muy bien empieza y bien lo que bien acaba, de nuevo con el esplendor de lo de siempre y de hoy, inacabable, luminoso.
Un espectáculo, en fin, muy bien resuelto en todos sus matices artísticos y técnicos, que fue ampliamente valorado y aplaudido por el público que llenó el Maestranza. En la noche anduvieron artistas y sitios mágicos del flamenco: Antonio Mairena, Pepe Marchena…, Cádiz, Huelva, Granada… Y Sevilla. Nos trajo a la Eva que no falla, la que desde hace ya muchos años combina a la perfección la tradición y la renovación, el clasicismo y la vanguardia, que no le teme a nada, excepto a no bailar, que, junto a su familia, es su vida. Enhorabuena a ella y a todos por una noche de fuerza, entrega y encanto.
Fotos: Web de la Bienal. Laura León.