NATURALEZA
LOS GRANDES CARNÍVOROS REFRESAN A EUROPA
Por
Redacción
Post #298

Lobos, linces y osos pardos se encuentran entre las especies carnívoras más emblemáticas de Europa. En la última década, y después de rozar la extinción a finales del siglo pasado, están regresando y ocupando sus antiguas zonas de hábitat. ¿Qué está provocando esta vuelta gradual de grandes carnívoros a su área de distribución histórica?

Un equipo formado por centros de investigación de once países europeos, entre los que se encuentra la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), ha analizado cómo han influido los cambios en el uso del suelo, la densidad de población humana y el estado de protección en la expansión de grandes carnívoros en Europa durante los últimos 24 años. El estudio, coordinado por Marta Cimatti de la Universidad de Roma La Sapienza (Italia) que realizó su investigación durante su estancia en la Universidad de Radboud (Países Bajos), ha sido publicados en la revista Diversity and Distributions.


Al contrario de lo que se pudiera pensar, la creciente protección en Europa no ha jugado un papel especialmente significativo en su expansión. Según el estudio, algunos de los factores que
afectan de manera positiva a la recuperación de estos grandes carnívoros, no es tanto la política de protección como el abandono agrícola, el éxodo de la población humana de las zonas rurales a las áreas urbanas y la disminución de la caza. Hasta ahora, no estaba clara la importancia relativa de estos cambios para las grandes distribuciones de carnívoros a escala europea.

“Esto no quiere decir que la red de áreas protegidas no sea importante para la conservación de estas y de muchas otras especies, sino que, respecto a otros factores como los cambios de uso del suelo o la densidad de población humana, su importancia relativa ha sido menor en cuanto a la expansión de estas especies” aclara Ana Benítez, investigadora de la EBD-CSIC y coautora del estudio. Según la investigadora, una explicación posible sería que las áreas protegidas en Europa tienen de media un tamaño menor que el hábitat que requieren estos grandes carnívoros.

Además, la implementación de la directiva Hábitats tampoco ha tenido un gran efecto. “Pensamos que es debido a que muchos países adoptaron esta ley con excepciones” continúa Ana Benítez. “Por ejemplo, el lince está en los anexos 2 y 3 de esta directiva pero el control letal de sus poblaciones es legal en Suecia, Lituania y Finlandia. Del mismo modo, en España el lobo está protegido al sur del Duero pero no al norte, donde se puede cazar por cupos”.

Sin embargo, la cuestión relativa a la caza legal de lobos en España podría cambiar. El Ministerio de Transición Ecológica ha anunciado recientemente su intención de prohibir su caza en todo el territorio español. “Si esta ley se aprueba, la expansión del lobo en nuestro país podría acelerarse.”, afirma Ana Benítez López. “Esta ley debería tener en cuenta las necesidades
socioeconómicas de las comunidades que conviven en zonas loberas, en particular a los ganaderos, que suelen resultar damnificados por ataques a ganado, para así minimizar conflictos. En este sentido, el camino a seguir debería ser apostar por medidas preventivas antes que compensatorias”.

Los resultados del estudio indican que entre 1992 y 2015, la probabilidad de presencia de las tres especies (lobos, linces y osos) aumentó en Europa del Este, los Balcanes, el noroeste de la Península Ibérica y el norte de Escandinavia, pero mostró tendencias mixtas en Europa occidental y meridional. Si bien estos cambios proyectados coinciden en gran medida con la recuperación observada de grandes poblaciones de carnívoros, el equipo investigador también halló desajustes con la reciente expansión de lobos en Europa central y meridional, donde factores no incluidos en sus modelos pueden haber jugado un papel dominante.

Marta Cimatti, autora principal del estudio, aclara este hallazgo: “Es muy probable que la coexistencia de los grandes carnívoros con los humanos en los paisajes europeos no solo esté limitada por la disponibilidad de hábitat, sino por otros factores como la tolerancia humana favorable y la política en cuanto a persecución y caza de especies.” Esto abriría nuevas oportunidades sin explotar para conciliar la conservación y el manejo de estas especies con el desarrollo socioeconómico de las áreas rurales, como antes indicaba la investigadora Ana Benítez.

De acuerdo a Luca Santini, del Consejo Nacional de Investigación de Italia y también autor principal del estudio, un importante desafío de conservación en Europa será aprovechar los cambios socioeconómicos y del paisaje para crear nuevas oportunidades que permitan que las especies se recuperen, así como promover una educación activa, además de una legislación y gestión adecuadas para mitigar los conflictos entre humanos y vida silvestre en áreas recolonizadas.

Finalmente, el profesor Luigi Boitani, uno de los coautores y presidente de Large Carnivore Initiative for Europe, concluye que: "Los factores que este estudio identifica como más estrechamente asociados con la expansión de los grandes carnívoros en Europa probablemente seguirán siendo importantes durante las próximas décadas. Este hallazgo sugiere que la expansión de los carnívoros continuará en gran parte de Europa, lo que exige mayores esfuerzos para la coexistencia de humanos y carnívoros".

Los resultados abren nuevas vías de investigación para estudiar de manera más rigurosa el papel que juega la percepción y tolerancia de la sociedad hacia estas especies en su expansión, especialmente en zonas rurales donde puede haber conflictos entre ciertas actividades socioeconómicas y la conservación de estas especies. Además, también sería interesante estudiar la importancia de otros factores que podrían haber influido en la expansión de los grandes carnívoros en Europa, tales como la abundancia de presas o el grado de cumplimiento de la ley respecto a la persecución y caza ilegal.

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