Quizás este artículo no tenga mucho sentido, ya que resulta extraño que cualquier persona no sepa a estas alturas qué hace un psicólogo. Sin embargo, como la información que se recibe no siempre tiene un origen fiable, aprovechamos este primer artículo en El Giraldillo para traer algunos elementos básicos que sirvan para conocer, de verdad, la figura del psicólogo.
Son muchos y variados los campos donde el profesional de la Psicología puede tener un sentido, donde su intervención repercute directa o indirectamente en la vida de las personas. Podemos hablar de varias áreas, como pueden ser la Salud, el Deporte, la Educación, el Trabajo, las Organizaciones, la Justicia o la Seguridad Vial. En cada uno de estos apartados la labor del psicólogo se antoja fundamental, pues en todos ellos aparece un aspecto muy estudiado en Psicología: El Comportamiento Humano, entendido éste tanto en lo referido al mundo interior como al exterior.
Esto, sin olvidar, que existen profesiones de la Psicología que no se ocupan de la parte práctica de ésta (Psicología Aplicada), sino que orientan su labor hacia la investigación y el estudio del comportamiento humano, desde el rigor científico. Es lo que se conoce como Psicología Básica.
Una vez ubicado sectorialmente al psicólogo, ahora pasamos a exponer cómo trabaja. Es de sobra conocido que la herramienta esencial en el quehacer de un experto de la Psicología es el discurso, la palabra. Pero no sólo es la única, también podemos hablar del uso de pruebas escritas (los famosos tests), de aparatos de biofeedback, de bibliografía, de documentos visuales y/o auditivos,..., en general de todo aquello que pueda servir para mejorar la salud y el rendimiento de una persona o grupo, siempre con una base científica en cuanto a su eficacia y sin incluir los medicamentos, elementos que quedan sólo al alcance del médico.
Una vez que también conocemos los medios de trabajo, nos centramos en sus funciones, en el para qué contactar con un psicólogo. De entrada decir que este profesional no está ahí para resolver conflictos, sino para aportar análisis, pautas y alternativas, es decir, la persona o personas que requieren su ayuda han de saber que tienen que colaborar de manera muy activa, al igual que hacen cuando un médico les receta un tratamiento, son ellos quienes tienen que tomarse la medicación, sin que el galeno les recuerde en cada momento qué deben hacer.
Dicho esto, y dejando bien claro que el psicólogo no es un mago ni hace milagros, veamos en qué puede ayudar: A incrementar el rendimiento en el trabajo o en la práctica deportiva, a afrontar mejor una enfermedad médica, a resolver dificultades de comunicación con los demás, a orientar las relaciones de pareja, a disfrutar más de las relaciones sexuales, a superar problemas de marcado carácter mental, a mejorar el aprendizaje, a generar un ambiente de trabajo más apropiado, a promover comportamientos saludables, ..., en definitiva, a sentirse mejor con uno mismo y con su entorno.
LA PREGUNTA DEL "MILLÓN": ¿Es el psicólogo un profesional prescindible o imprescindible?
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Manuel Salgado Fernández
PSICÓLOGO CLÍNICO // Col. AN-2.455