A vueltas con el uso de analogías para explicar los comportamientos de ciertas personas, muchas, para ser sinceros.
Resulta que cuando las entidades bancarias, o incluso -siendo realistas- casi cualquier otra empresa, revisan sus cuentas anuales, la manera de valorar la productividad de ese año no se hace en términos absolutos, sino en modo relativo, comparándolos con otros datos de balances anteriores.
Así, si anualidades atrás los números positivos eran mayores que en el último ejercicio en curso, suelen tirar de la frase: “Este año hemos dejado de ingresar”, incluso haciendo alusión a que en este período reciente han perdido.
Esto mismo pasa con muchas personas a la hora de calibrar, de valorar el estado actual de sus vidas, desde el punto de vista más objetivo posible. Así escuchamos frases como: “No estoy como esperaba”, “Me imaginaba con más…”, “Creía que a estas alturas yo ya estaría en…”, “Por mi forma de verlo, me había hecho a la idea de que tardaría menos en lograr mi reto”, y otros comentarios nada favorables.
Con esto, lejos de suponer un acicate para acercarnos a esos supuestos objetivos iniciales, se generan diferentes reacciones en la persona protagonista, destacando la sensación de fracaso, inutilidad, incompetencia, y provocando impotencia y, muchas veces, bloqueo seguido de abandono del esfuerzo.
Increíblemente nos encontramos con personas que, bajo este síndrome del banco, dejan de valorar los reales números verdes que tienen en este momento, sin importar si antes fueron mejores o si las expectativas eran más elevadas.
Se pierde capacidad de disfrute, de gozo, de crecimiento, de autoestima, de autoconfianza, de exprimir la vida. Para esto, lo más recomendable es estar siempre en modo CONFORMISMO ACTIVO, algo que ya explicaré en otro artículo y que seguro compartirás conmigo, a sabiendas que no es fácil desarrollarlo en esta sociedad occidental de máxima exigencia, y en la que tanto se minimizan los logros.
LA PREGUNTA DEL "MILLÓN": ¿A qué te suena eso del “conformismo activo”?
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Manuel Salgado Fernández
PSICÓLOGO CLÍNICO // Col. AN-2.455