Con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Fernando Salado Olmedo, conocido popularmente como el Padre Salado, el Museo de Chiclana inaugura los actos conmemorativos dedicados a esta figura relevante para la historia local. Gracias a donaciones realizadas por Esteban Fernández, José Verdugo, Carmela Parodi y otros colaboradores, el Padre Salado cuenta ya con un espacio propio en la Exposición Permanente del Museo, al que ahora se suma esta muestra temporal que acerca al visitante a la figura de este singular sacerdote y al contexto que explica su labor social.
El Padre Salado se distinguió por su compromiso con los trabajadores del campo y la dignificación de los jornaleros. Además, destacó por su empeño en la formación, fundando el colegio de La Banda, conocido como “Pan para pan”. Tras ejercer en varios municipios, regresó a Chiclana decidido a mejorar la vida de su pueblo y sus habitantes.
Durante su vida, la encíclica Rerum novarum de León XIII, publicada en 1891, ejerció una gran influencia en él. Este documento inauguró la Doctrina Social de la Iglesia y sirvió de inspiración para que el Padre Salado adaptara su evangelización a la realidad social de Chiclana, manifestando su preferencia por “el pueblo”. La prensa de la época describía una Chiclana hambrienta, y en esa lucha contra la injusta distribución de la riqueza, el Padre Salado se alzó como una figura destacada junto a otros como el ilustre chiclanero Barbosa.
Fue un sacerdote incómodo para las élites y ciertos sectores eclesiásticos, consciente de que un Evangelio desconectado de las realidades sociales sería una infidelidad a sus principios. Su labor se centró en atender las necesidades insatisfechas de su comunidad, promoviendo la transformación de estructuras injustas. Entre sus logros destacan la creación del Sindicato de Viticultores y la fundación de escuelas, convencido de que la ignorancia perpetuaba la explotación.
Con fondos propios del Museo y cesiones temporales de la Hermandad de la Vera Cruz, así como de particulares como Juan Rodríguez-Tenorio y Enrique Benítez, esta exposición traza un recorrido por la vida, obra y legado del Padre Salado, una figura que dejó una huella profunda y un halo de controversia en la historia de Chiclana.