El Museo de Bellas Artes de Sevilla presenta la exposición Arte y Misericordia, que reúne por primera vez fuera de su ubicación original las obras maestras de la iglesia del Hospital de la Santa Caridad. La muestra ofrece una oportunidad única para contemplar de cerca pinturas de Murillo y Valdés Leal, así como esculturas de Pedro Roldán, habitualmente instaladas a gran altura en sus retablos originales.
La exposición profundiza en el programa iconográfico promovido por Miguel Mañara sobre las obras de misericordia, integrando arquitectura, pintura y escultura barroca.
Entre las piezas más destacadas figuran:
La multiplicación de los panes y los peces (Murillo, fragmento en la imagen)
Moisés haciendo brotar el agua de la roca de Horeb (Murillo)
Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos (Murillo)
San Juan de Dios transportando un enfermo (Murillo)
Retablo del Salvador (obra anónima, siglo XVI)
Virgen del Pópulo (azulejería, siglo XVII)
Virgen con el Niño (Juan de Mesa)
Esculturas de Pedro Roldán, en sala separada
Esta exposición excepcional permite redescubrir el mensaje espiritual y artístico del Hospital de la Caridad, una de las joyas del barroco sevillano.
Hospital de la Santa Caridad
Este hospital de la zona del Arenal, sede de la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo de Sevilla, tiene su origen en el siglo XV y fue creado con el propósito de asistir a enfermos y necesitados, así como dar cristiana sepultura a los ajusticiados y ahogados en el Guadalquivir. La construcción de la iglesia de San Jorge se realizó en varias etapas, con una primera, entre 1645 y 1662, en la que se establecieron los cimientos y se levantaron los primeros muros.
Sin embargo, no fue hasta 1667 y gracias al tesón de Miguel de Mañara, cuando se concluyó el cuerpo de la iglesia. Un año después se edificaría la cabecera del templo, la sacristía, culminando en 1721 las últimas etapas. La fachada de la actual iglesia es el resultado de varias modificaciones sobre la ejecutada en su origen, y quedó configurada definitivamente en el siglo XVIII, con los característicos paneles de azulejos del ceramista José García y las esculturas de barro atribuidas a Pedro Duque Cornejo.
La muestra quiere indagar en el programa iconográfico que Miguel de Mañara concibió para el templo del Hospital de la Santa Caridad, donde la integración de la arquitectura, la escultura y la pintura ofrece un significativo ejemplo del acercamiento del Barroco a la obra de arte total, con un uso paradigmático de la escenificación pública de la religiosidad que se impuso en la Iglesia tras el Concilio de Trento.