En 1861, Jorge Wassermann, topógrafo, grabador y litógrafo de origen germano-suizo, fundó en Cádiz la Litografía Alemana, incorporándose poco después a este establecimiento el alemán Nicolaus Müller Goos, que se había formado como grabador y litógrafo en diversas casas del extranjero y que pasó a ocupar el puesto de primer grabador durante seis años. Después de un breve período en que se instaló como independiente, montando un taller propio en el número 18 de la calle San Francisco, Nicolaus Müller adquirió en 1870 la ya prestigiosa Litografía Alemana. Bajo la nueva dirección de Müller, la Litografía Alemana, instalada en ese momento en el numero 23 de la calle Murguía (hoy c/ Cánovas del Castillo), tuvo un gran impulso empresarial, técnico y comercial: se amplió el negocio, se compraron nuevas máquinas, se incorporaron para trabajos artísticos o especiales varios dibujantes y grabadores de primera fila como Scherzinger, Parkinson o Domínguez y se instaló en Jerez una sucursal. En los últimos tiempos y ante la imparable competencia de los modernos sistemas industriales de produción de imágenes, la actividad de la Litografía Alemana fue haciéndose cada vez menos viable y relegada a trabajos artísticos o de calidad (por la revalorización del procedimiento clásico de su ejecución). Como consecuencia de ello, la empresa, ubicada ya, desde 1934, en el nº 8 de la c/ Beato Diego entró en una crisis que le condujo al inexorable declive de su producción industrial. Fue en ese momento cuando el Excmo. Ayuntamiento de Cádiz, valorando adecuadamente este legado histórico de carácter industrial, artístico y documental, decidió adquirir el conjunto de máquinas, instrumentos, piedras, matrices y pruebas de imprenta, con el objeto de que todo ello sirviese de magnífica y sólida base sobre la que construir este museo-taller de litografía y estampación.