Con ‘Zurbarán. Santas’, la Sala Noble recibe a uno de los grandes maestros del barroco español, en una exposición que tiene su punto de partida en “Santa Marina”, obra principal de la Colección permanente del Museo.
Diez obras de Zurbarán y su taller conforman una elocuente muestra de una temática que fue recurrente en la producción del pintor barroco y que habitualmente agrupaba en series, destinadas a recintos monásticos y a la exportación a América.
Las santas mujeres pintadas por Zurbarán encarnan ejemplos de virtud y vida piadosa, una religiosidad serena, cercana, amable y muy humana, en unas figuras de rostros naturalistas (a veces incluso son retratos) y vestidas con espectaculares indumentarias, en claro contraste con las representaciones sufrientes de penitentes y anacoretas, tan recurrentes en esta etapa contrarreformista.
Las santas de Zurbarán supusieron un modelo muy codiciado y solicitado, recibiendo el pintor extremeño y su taller una ingente cantidad de encargos de esta temática, como lo muestra la serie de ocho lienzos cedidos por el Museo de Bellas Artes de Sevilla que proceden del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, donde originalmente se integraban en un conjunto de doce.
Con destino a recintos monásticos o asistenciales sevillanos, andaluces o del Nuevo Mundo, estas obras y series se replicaban incansablemente en el taller, tanto por el propio Zurbarán como por sus oficiales, debidamente guiados a partir de ejemplares pintados enteramente por el maestro como lo fueron la “Santa Marina” y la “Santa Casilda” de la exposición, o de plantillas y patrones originales.