Almería es una provincia de película. El cine ha sido una de las actividades culturales que más importancia ha tenido en la tierra, aupada con los grandes rodajes de las películas del oeste que han entretenido durante años a Estados Unidos.
La historia de las obras fílmicas no ha estado exenta de contratiempos detrás de cámara que han sabido disimularse en pantalla. ‘Lawrence de Arabia’, estrenada hace sesenta años, estuvo en peligro por la fuerte tormenta que se desató el primer día de grabación, pese a que el set estaba ubicado en el desierto de Tabernas, una zona árida del levante almeriense.
Pese al mal inicio del rodaje, el paisaje andaluz, que fue visto por miles de personas, ha sido utilizado en más películas estrenadas después, lo que ha llevado a Andalucía a aparecer en los hogares de gran cantidad de países.
En una crítica del diario El País, el periodista Luis Martínez reconocía su fascinación con el lugar mostrado en la cinta, una sensación idéntica a la de productor Eddie Fowlie, que llegó a comprar un hotel en el municipio vecino de Carboneras, donde vivió hasta su muerte en 2014.
Como legado de ‘Lawrence de Arabia’, la obra que puso a Almería en el mapa cultural internacional, aún quedan las palmeras usadas en la grabación y las fotografías de los días de rodaje, custodiadas durante años por Fowlie y expuestas ahora en el negocio que fundó en la zona.
Fowlie sintió por Almería el mismo embrujo que, un siglo antes, el escritor Washington Irving por Granada, ciudad que le vio pasear a cualquier hora del día mientras escribía, capítulo a capítulo, la pasión que protagonizaba por la Alhambra.
La historia de Andalucía se ha escrito en inglés, del fútbol de Huelva a las noches de Irving al oeste de la comunidad, pasando por las cintas de auténticos clásicos del cine que tienen el sello almeriense en su origen.