Obras de dos arquitectos y artistas plásticos y de un pintor (Juan Suárez, Nacho Carbó y Fernando Clemente) que conforman en el espectador un mapa-territorio lleno de contrastes.
Los autores muestran piezas de distintos periodos y explican en cada caso cómo la geometría está más o menos presente. Les interesan las obras mestizas que tienen una estructura y que, por ello, abren más puertas.
Nacho Carbó (Castellón, 1975) trabaja con una fervorosa mirada a la naturaleza. Sus obras, realizadas principalmente con elementos vegetales, aportan una dimensión bastante insólita de la geometría, tanto en sus microarquitecturas como en sus Haikus, cálidos y orgánicos.
Juan Suárez (El Puerto de Santa María, 1946) modula su trabajo en series que tratan de estructuras constructivas, series mestizas en las que el material y el color le confieren una falsa rigidez.
En Fernando Clemente (Jerez de la Frontera, 1975) lo orgánico convive al límite con unas estructuras desdibujadas que le confieren un carácter de gran espontaneidad, obras poéticas que dialogan muy directamente con el espectador.
Se han realizado muchas, quizás demasiadas exposiciones sobre la geometría. En este caso, los tres artistas tienen ese punto de irreverencia y falta de rigidez. El título, casi una broma, es prácticamente una declaración de intenciones, una mirada sin prejuicios en la cual caben un sinfín de posibilidades.