Con Helder Vera-Cenyaotl y Ollinatl Contreras.
En el antiguo pensamiento mexicano el culto a la grande Madre fue transformado en su apariencia para permitir la continuidad del sentimiento, es el sentimiento mismo lo que vive aun presente, latente y profundo. La figura de la Virgen de Guadalupe lleva asì el sentimiento y la representacion de Tonantzin, la que lleva la falda de serpientes.
Este sentimiento que desde el inicio del desarrollo del pensamiento ofreciò siempre nueva riqueza a los seres humanos ayudando a sobrepasar las diferentes dificultades que se venian presentando.
Actualmente en las circunstancias de transformacion que se presentan en el mundo esta misma forma permite una relacion entre el pasado con el presente.
Las experiencias y conocimientos que es lo que viene llamado TRADICION aun tienen una funcionalidad en el fractal de vida y continuacion, con la misma intensidad como ha vibrado el sentimiento en el pasado, vibra hoy en una formula de entrelazado quantistico en el que la vision de la Madre Tierra ofrece nuevas prospectivas.